-¡Las piedras no hablan!
-¡Yo soy una piedra y si hablo!
-¿Y cómo es eso posible? – Le preguntó mirando el pequeño guijarro depositado en la palma de su mano.
-Pues no tengo ni puñetera idea, pero puedo hablar.
© Richard Archer – 2008 (Todos los derechos reservados)
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